Contratos y líderes políticos al desnudo (comentarios y enlace a "Contratos a tutiplén" de El Vocero)
No es que la revelación, tras el fallecimiento del alcalde de Caguas, William Miranda Marín, de los contratos de los parientes del representante José Varela y del senador José Luis Dalmau con ese municipio no sea importante. Pero si me preguntan, para mí lo más importante de esta nota de El Vocero, publicada el pasado lunes 21 de junio, es la información que atañe a Miguel Hernández Agosto, uno de los líderes históricos del Partido Popular Democrático (entidad que favorece la permanencia del presente estado colonial de la Isla) y que luce haber pasado desapercibida.
La nota de El Vocero señala:
"En medio de lo ocurrido se supo que el ex presidente del Partido Popular Democrático, Miguel Hernández Agosto, tenía contratos en Caguas a través de la empresa Vangardia Tecnológica, INC. El también ex presidente del Senado, pertenece a la Junta de Gobierno de la colectividad, organismo que tomó la decisión de anular la elección de Varela en una asamblea de delegados del comité municipal cagüeño. Esta empresa incorporada por la esposa de Hernández Agosto, María Casanova, tuvo cuatro contratos con el municipio de Caguas entre el 2005 y el 2009 que sobrepasaron el millón de dólares."
Por lo visto, una vez más el astuto defensor de los intereses institucionales del PPD logró pasar bajo superficie, evadiendo así la ventilación pública de esta situación a todas luces escandalosa.
Se trata de un "esquema" ejecutado a través de la contratación mediante una corporación, lo cuál, aunque legal en principio, nos hace pensar en la existencia de contratos no sólo con el municipio de Caguas, sino muy probablemente con otros municipios controlados por su partido.
Para algo tienen que servir, Don Miguel, las influencias y los contactos que desarrolló desde los años 60, cuando era uno de aquellos prometedores jovenes dirigentes del PPD y comenzó su brillante carrera política como Secretario de Agricultura del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Demasiados años de luchas y sacrificios, Don Miguel, para dejarlos perder y no recibir una justa compensación. ¿No es así?
¿Alguien puede creer, a estas alturas de la partitura, que si Don Miguel no hubiese sido Don Miguel habría obtenido contratos con el municipio de Caguas que sobrepasaran el millón de dólares, según indica El Vocero? En su caso este hecho plantea, al menos, serios cuestionamientos legales y morales sobre su participación en los procesos de la selección del nuevo alcalde cagüeño, y sobre sus posibles actividades de negocios con los alcaldes afiliados al Partido Popular.
Lo cierto es, sin embargo, que esta es la norma, y no la excepción, en cuanto a cómo se manejan los fondos públicos y cómo logran beneficiarse de ello los cuadros dirigentes de los partidos políticos isleños, con muy raras excepciones.
Es interesante observar que si bien la sociedad puertorriqueña produjo los cuadros para dirigir la burocracia gubernamental, muchos de éstos habrían de encontrar la manera de enriquecerse de los fondos públicos. Este fenómeno tomó velocidad a partir de los años '80, en medio de celebraciones históricas, pabellones en el extranjero, viajes de incógnito a Europa, y oscuras inversiones en Centroamérica.
Como sabemos todos, el fenómeno de la corrupción, y el uso de las relaciones y las influencias sobre los funcionarios públicos para agenciarse contratos millonarios, son males que aquejan tanto al PPD, como al Partido Nuevo Progresista (favorecedor de la integración política de Puerto Rico a los Estados Unidos).
Lo importante en ese sentido es que precisamente esta es una de las consecuencias de asignarle al gobierno la responsabilidad de reclutar personal que no necesita, así como la de generar actividad económica por si mismo, en lugar de ser un facilitador y promotor para la atracción de capital y el desarrollo de inversiones en la Isla.
En la medida que el gobierno deje de ser el eje de toda la actividad económica, y principal fuente de empleos, se contribuirá a reducir la efectividad de los esquemas originados en la influencia de los líderes políticos, y de la corrupción en general.
¿Hay alguna razón que haga que los contratos que tenga Don miguel Hernández Agosto con cualquier municipio sean más reprovables que los que mantienen otros políticos? ¿Son más vegonzosos que los que mantiene Angelito Cintrón o Edwin Mundo, por ejemplo? Si el asunto es que es miembro de la Junta de Gobierno del PPD y tiene voto, ¿qué poder tiene 1 voto contra todos los demás? Una cosa que sí me pareció poco conveniente de todos los errores que ha cometido el presidente del PPD es que no hiciera público el informe suscrito por el Lic. César Miranda. Si ese informe se hubiera publicado y entregado a la prensa hoy no hubieran tantas dudas en el pueblo. Creo que todavía están a tiempo.
ResponderBorrarPerdón! Quise escribir reprobables.
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