Comentario y enlace a Libros del crepúsculo: Historia de un renacimiento



Comentamos y enlazamos nuevamente con el blog del historiador y ensayista Rafael Rojas, quien nos ofrece, esta vez, un excelente artículo sobre el significado del otorgamiento del Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa, y la trayectoria de este último como escritor e intelectual, titulado Historia de un Renacimiento.

En su artículo Rojas compara, lo que resulta inevitable comparar: el otorgamiento de este premio a Vargas Llosa, con el otorgado en 1982 a Gabriel García Márquez y el desarrollo de ámbos como escritores, particularmente en el caso del Nobel de Literatura de 2010.

La idea central en el artículo de Rojas... Esa no la voy a comentar. Eso sí, Rojas considera la figura de Vargas Llosa tanto desde la perspectiva de su rol como escritor, como intelectual público. No digo más. Lo restante deberán buscarlo en Libros del Crepúsculo

Por otro lado, comparto con ustedes las observaciones que tuve la oportunidad de someter en Libros del Crepúsculo sobre lo discutido por el historiador cubano en su artículo:
"Es interesante. Como si quisiera confirmar tus observaciones respecto al intelectual "engagé", y justo antes del anuncio del otorgamiento del Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, dedicó su columna Piedra de Toque, publicada regularmente en El País, a la derrrota del chavismo en las elecciones palamentarias del 26 de septiembre. En su artículo, además, rompe lanzas contra quienes reprochan "a la oposición venezolana carecer de líderes, no tener al frente a figuras carismáticas que arrebaten a las masas”.

A partir de este señalamiento Vargas Llosa concentra su ataque en la figura del caudillo, mal endémico de las sociedades latinoamericanas, precisamente a base de los principios liberales sobre [la] necesidad de una cultura política de la libertad, en lugar de la irracionalidad del caudillismo.

Basta consid
erar sus planteamientos en el artículo de marras para comprobar la certeza de tu señalamiento en el sentido de que el liberalismo de Vargas Llosa “es, como en los mejores liberales, una herencia del pensamiento romántico del siglo XIX”....

Y es que, efectivamente, en Vargas Llosa —a quien en su juventud le llamaban “el sartrecito”, por su admiración y estudio de la obra y los ensayos de Jean Paul Sartre— se produce el sincretismo del escritor y el intelectual “engagé” que reclamara Sartre, mediante su obra literaria de carácter predominantemente realista, como bien señalas en tu análisis, y su compromiso político, manifestado a través de sus ensay
os, y comparecencias públicas.

Un hecho interesante, si se toma en cuenta que con el tiempo Vargas Llosa se distanció de Sartre por las posiciones de este último sobre la literatura y su respaldo a los regímenes socialistas en la Unión Soviética y Cuba. (Aunque podría señalarse que, en cuanto a este aspecto, Sartre rectificó al unirse al respaldo del poeta cubano, Heberto Padilla, y condenar las prácticas represivas que “impuso el estalinismo en los países socialistas”, según rezaba la carta suscrita por él, y diversos intelectuales, el 20 de mayo de 1971.)

A estas alturas de entrado el siglo 21, efectivamente, Mario Vargas Llosa mantiene la vigencia y pertinencia como escritor e intelectual, que no tienen, ni podrán tener
, en la arena política, sus eternos detractores, particularmente aquellos de la reciclada izquierda populista latinoamericana."


Invito con entusiasmo a los lectores del Quantum, una vez más, a visitar el blog del historiador Rafael Rojas, Libros del Crepúsculo, y disfrutar del interesante análisis que éste propone sobre el escritor e intelectual público, Mario Vargas Llosa.





Nota:

1. Fotografías de Mario Vargas Llosa y Rafael Rojas tomadas de Libros del Crepúsculo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Crimen y Castigo: activismo de las agencias federales en Puerto Rico

La miseria de lo "políticamente correcto" (Comentario a "Ese campo minado llamado Cuba", artículo de Mario Alegre Barrios en El Nuevo Día)

"Un poco de melón, por favor", antes de que deje de ser domingo