"Un poco de melón, por favor", antes de que deje de ser domingo
Si a estas alturas del drama, Luis Fortuño aún pensaba que no sería atacado por todos los flancos, particularmente por los sectores más activos del melonismo, como le ocurriera a Pedro Rosselló durante su gobernación, la mañana de hoy, o más bien el unidiario local de los domingos, debe haberle sido suficiente para comprender y anticipar finalmente lo que le espera. Sin duda, estamos frente a una muestra de lo que expuse recientemente en este blog sobre la miseria en el análisis y debate intelectual en Puerto Rico.
Que un periódico tenga que hacer uso de una columnista regular y dos páginas de su edición para decir que un gobernador no es populista (cosa que sabemos), que su gestión no goza del favor de determinadas personas (que de cualquier modo no le dieron su voto), y que sus políticas no son efectivamente transmitidas por sus funcionarios (asunto ya ventilado y adjudicado en la semana transcurrida), resulta realmente patético.
Peor aún, resulta lastimoso y da vergüenza ajena, que se nos trate de convencer, antes de que deje de ser domingo, de que el gobernador de turno, para manifestar respeto, le debe dar a la gente lo que la gente quiere, es decir abrigar el populismo, tan de moda, como desfasado, en algunos paises latinoamericanos.
Y es que ahora resulta que los gobernantes anteriores que ha tenido la colonia (es decir, Puerto Rico), han conocido o entendido, mejor que el actual gobernador, a la gente de esta Isla. La razón ofrecida es una joya de un cinismo que suponemos involuntario: aquellos otros si eran sagaces, y tenían calle, que es una manera muy fina de decir que eran buenos manipuladores de la opinión pública. (Los populismos de ordinario van acompañados de una gran capacidad de manipulación. De eso nos pueden hablar alemanes e italianos)
Aquí es que entra en juego la melonocracia, su ideología y sus estrategias de ataque; ese sector especial que se codea con lo más educado de la oligarquía colonial, sirviendo además de tema de conversación a la hora del té o de celebrities at the parties, verdaderos v.i.p de la cultura nacional. Parecen padecer de amnesia, pero no se dejen confundir. Recuerdan, y recuerdan muy bien. Pero los recuerdos hay quienes los acumulan para poder ocultarlos. Se le llama amnesia selectiva.
Lo que si es cierto es que son firmes creyentes, como no, del debido respeto, lo cual nos sugiere pasados de señoritos y señoritas de la verdadera claque guaynabeña. En ese momento, definitivamente, la revista se nos cae de las manos. Digo, porque si alguna vez se la ha faltado el respeto a este pueblo fue particularmente bajo la adminstración de Anibal Acevedo Vilá. Y de esto, en esas páginas a las que aludo (ustedes todos saben), simplemente nada o muy poco.
(No me referiré, para no aburrirles, al silencio sobre otros asuntos que deberían llevar a uno que otro columnista, a decir, por lo menos, una "mala palabra" de indignación. Qué se yo, Irán, Cuba, Venezuela, la conspiración del inmovilismo en Puerto Rico. Temas hay, que no se hagan.)
Se pasa por alto, con todas las intenciones posibles, que según hallazgos del Centro para la Nueva Economía, una fuente independiente, no hubo reducción del déficit fiscal ni reducción de la burocracia gubernamental por parte del gobierno de Anibal Acevedo Vilá.
Precisamente, tal es la causa de que la Isla esté en bancarrota fiscal, y el gobierno de turno se encuentre con una limitada capacidad de maniobra para atraer capital nuevo y el desarrollo de inversiones. Limito la observación a este hecho, para no dedicarle, ni tomarle tiempo a nadie, con la larga lista de mentiras y entuertos que caracterizaron esa administración. Si de verdad se desea hablar de "respeto" me parece que este hubiese sido un buen lugar para comenzar la narración.
Uno comprende y ata cabos. Después de todo, fue una entrevista en esa misma revista la que le sirvió a un sospechoso, y posteriormente acusado, de delitos federales, para comenzar a armar la defensa genial de la ingenuidad y la inocencia del mama's boy sobreprotegido.
Lo que nos trae de nuevo al respeto. Esta vez me refiero al respeto intelectual que se nos debe como lectores, y que se nos falta cuando se omiten elementos fundamentales en el análisis.Tal vez es hora de que la melonocracia, y sus premiadísimos representantes, revisen su lectura de la realidad puertorriqueña y entren en contacto de verdad con la gente. Las sorpresas pueden ser tan mágicas como la literatura; aunque, advierto, ninguna tendrá nada que ver con la realización de su anhelado populismo nacionalista light.
Desde luego, nada de lo anterior les imposibilita, mientras tanto, pedir para el desayuno "un poco de jugo de melón, por favor", antes de que deje de ser domingo.
Peor aún, resulta lastimoso y da vergüenza ajena, que se nos trate de convencer, antes de que deje de ser domingo, de que el gobernador de turno, para manifestar respeto, le debe dar a la gente lo que la gente quiere, es decir abrigar el populismo, tan de moda, como desfasado, en algunos paises latinoamericanos.
Y es que ahora resulta que los gobernantes anteriores que ha tenido la colonia (es decir, Puerto Rico), han conocido o entendido, mejor que el actual gobernador, a la gente de esta Isla. La razón ofrecida es una joya de un cinismo que suponemos involuntario: aquellos otros si eran sagaces, y tenían calle, que es una manera muy fina de decir que eran buenos manipuladores de la opinión pública. (Los populismos de ordinario van acompañados de una gran capacidad de manipulación. De eso nos pueden hablar alemanes e italianos)
Aquí es que entra en juego la melonocracia, su ideología y sus estrategias de ataque; ese sector especial que se codea con lo más educado de la oligarquía colonial, sirviendo además de tema de conversación a la hora del té o de celebrities at the parties, verdaderos v.i.p de la cultura nacional. Parecen padecer de amnesia, pero no se dejen confundir. Recuerdan, y recuerdan muy bien. Pero los recuerdos hay quienes los acumulan para poder ocultarlos. Se le llama amnesia selectiva.
Lo que si es cierto es que son firmes creyentes, como no, del debido respeto, lo cual nos sugiere pasados de señoritos y señoritas de la verdadera claque guaynabeña. En ese momento, definitivamente, la revista se nos cae de las manos. Digo, porque si alguna vez se la ha faltado el respeto a este pueblo fue particularmente bajo la adminstración de Anibal Acevedo Vilá. Y de esto, en esas páginas a las que aludo (ustedes todos saben), simplemente nada o muy poco.
(No me referiré, para no aburrirles, al silencio sobre otros asuntos que deberían llevar a uno que otro columnista, a decir, por lo menos, una "mala palabra" de indignación. Qué se yo, Irán, Cuba, Venezuela, la conspiración del inmovilismo en Puerto Rico. Temas hay, que no se hagan.)
Se pasa por alto, con todas las intenciones posibles, que según hallazgos del Centro para la Nueva Economía, una fuente independiente, no hubo reducción del déficit fiscal ni reducción de la burocracia gubernamental por parte del gobierno de Anibal Acevedo Vilá.
Precisamente, tal es la causa de que la Isla esté en bancarrota fiscal, y el gobierno de turno se encuentre con una limitada capacidad de maniobra para atraer capital nuevo y el desarrollo de inversiones. Limito la observación a este hecho, para no dedicarle, ni tomarle tiempo a nadie, con la larga lista de mentiras y entuertos que caracterizaron esa administración. Si de verdad se desea hablar de "respeto" me parece que este hubiese sido un buen lugar para comenzar la narración.
Uno comprende y ata cabos. Después de todo, fue una entrevista en esa misma revista la que le sirvió a un sospechoso, y posteriormente acusado, de delitos federales, para comenzar a armar la defensa genial de la ingenuidad y la inocencia del mama's boy sobreprotegido.
Lo que nos trae de nuevo al respeto. Esta vez me refiero al respeto intelectual que se nos debe como lectores, y que se nos falta cuando se omiten elementos fundamentales en el análisis.Tal vez es hora de que la melonocracia, y sus premiadísimos representantes, revisen su lectura de la realidad puertorriqueña y entren en contacto de verdad con la gente. Las sorpresas pueden ser tan mágicas como la literatura; aunque, advierto, ninguna tendrá nada que ver con la realización de su anhelado populismo nacionalista light.
Desde luego, nada de lo anterior les imposibilita, mientras tanto, pedir para el desayuno "un poco de jugo de melón, por favor", antes de que deje de ser domingo.
Si bien es cierto que el melonismo es uno de los canceres mas terribles que aqueja a Puerto Rico, esta demas hecharle solo la culpa a AAV, y quitar responsabilidad alguna a Flojuño.
ResponderBorrarLa realidad de la crisis economica actual en Puerto Rico esta en la destruccion de la agricultra e industria local, en reflejo de politicas similares perseguidas en los EE.UU. La mal llamada "nueva economia" fundamentada en el sector de servicios, la construccion y el sector financiero. En ese sentido esta intimamente ligada a la crisis de EE.UU. Y este proceso se inicio en los 1980s con Rafael Hernandez Colon, pero fue implementado con mucha mas "eficiencia" por Pedro Rosello Gonzalez.
Mas inmediatamente, el origen de la crisis financiera del gobierno (que se relaciona, pero es distitna a la crisis general) tiene su origen en dos politicas perseguidas tanto por RHC como PRG y uno exclusiva de PRG:
1) La emision de bonos gubernamentales sin planes estrategicos efectivos - en particular sin mandatos legislativos.
2) La privatizacion de servicios gubernamentales rentables y los esenciales.
3) La mala utilizacion de los fondos derivados de las privatizaciones, en particular la financiacion de la deuda gubernamental a base de colateral e ingresos que ya no se tenian.
Estas politicas ya se estan desmontando en los EE.UU, al punto que el gobierno es dueño de la General Motors para todos los efectos practicos. Cuando eliminas la produccion de riquezas, sean privadas o gubernamentales, en efecto esas riquezas se mueven a otras economias: Brazil, Rusia, India y China se han afectado pro la crisis financiera mucho menos que EE.UU, y en latino america no hay recesion en ningun pais (Chile inclusive es posible que reporte *crecimiento*, en gran medida por que el cobre - mercancia concreta - ha rebotado).
En efecto, aun desde una perspectiva liberal clasica, el problema es uno de incompetencia, corrupcion y caciquismo politico.
Desde una perspectiva de la democracia radical, el problema es uno estructural del tanto el mercado libre como el estado benefactor.
Desde una perspectiva anti-capitalista, es el mejor ejemplo de por que el capitalismo no hace sentido alguno...
Pero no creo, que de ninguna perspectiva, se resuelva el problema con una critica al nacionalismo light: la corrupcion y la mala administracion es violeta.
Me parece, mi querido y estimado Robert, que la orientación de tu comentario un poco se sale del marco limitado de lo que quise manifestar en este artículo. Aclaro, porque tal vez no me expliqué bien, que me refiero, al menos eso intenté, al reportaje y artículo en END de este domingo y lo que para mi son sus debilidades y dobles agendas.
ResponderBorrarNo obstante ello, no creo que ninguna tendencia política sea un "cáncer"; del melonismo, y la melonocracia en particular, difiero porque sus análisis me parecen equivocados e inconsistentes.
Difiero de su defensa de la retaguardia del PPD (a menudo aparecen, casi de la mada, sus defensores) y de su posiciónl inmovilista ante el problema colonial, ello bajo el supuesto de que de esa manera defienden la nacionalidad presuntamente amenazada. Veo en ello una posición anacrónica y acomodaticia, entre otras cosas.
Después de todo, no soy nacionalista ni antiamericano, sobre todo con la carga maniquea y dogmática que ese concepto ha acumulado a través de los años. No veo en el populismo que sugiere casi abiertamente la columnista de referencia, una salida adecuada a los problemas graves de la Isla.
Lo económico, sugiero lo discutas con la gente del Centro para la Nueva Economía, que de hecho ya tiene su propio blog. Son ellos lo que plantean los datos concretos del tamaño real del déficit fiscal que dejó la administración de Anibal y la ausencia por su parte de esfuerzos reales por reducir la burocracia del gobierno.
En cuanto a este extremo, mi planteamiento es que en el caso de Luis Fortuño, se debe ser consciente, como se es en el caso de Obama, de los problemas concretos que dejó la administración que le antecedió.
Por lo demás, agradezco y me honran tus comentarios, los cuales siempre nos invitan a reflexionar. Recibe mis saludos más afectuosos.
Eric, como siempre muy buen artículo. Concuerdo contigo con que lo publicado por el Nuevo Día fue una muestra de periodismo mediocre.
ResponderBorrarSólo quería señalarte que debes tener cuidado con los puntos en los que te enfocas pues tu escrito parece, por momentos, más que una crítica al pésimo artículo de END, una apología para el gobierno actual y una condena para el anterior.
De hecho, por eso quizás el comentario que precede al mío.
Visto desde este punto de vista, el artículo tuyo estaría igualmente deficiente pues así como no se puede culpar totalmente a Fortuño y su combo de la situación actual, también es simplista y poco serio (además de extremadamente partidista) culpar por completo a AAV y los suyos. Si no mal tengo entendido y como quizo explicar Robert, durante el gobierno de Roselló también hubo casos de corrupción y mala administración. De hecho conozco dos casos de cineastas que no pudieron concluir sus proyectos porque la corporación de cine "se quedó sin dinero" por malversación de fondos y corrupción administrativa.
Entonces, es tan válida la crítica para el que acusa a Fortuño de la crisis actual, como el que critica sólo a Acevedo Vilá. Me parece que una situación económica tan compleja y desvastadora como la que vivimos actualmente, no puede, ni remotamente, ser culpa de menos de 20 años de malas estrategias económicas y un terrible manejo de dinero.
De igual forma, es simplista e irresponsable pasar por alto que no se vislumbran avances económicos en los 8 meses de la administración actual.
Volviendo al punto de tu artículo, quizás lo que le faltó a la publicación nefasta de END fue este contexto histórico (que defendiste en mi último artículo jeje) que dejara claro que, la culpa de la crisis no es de Fortuño y que, en todo caso, lo que podemos criticarle a él es que no ha puesto en marcha políticas coherentes con la coyuntura económica que le ha tocado.
Si, Luis... En lo de los 20 años (podemos afirmar que posiblemente más) tu posición concuerda con la de mi amigo Robert... En eso de las culpas cada cuál carga con lo suyo... En ese grupo, Aníbal carga con un peso fundamental de responsabilidad, cosa que admite la propia jerarquía extrapartido del PPD. Que nadie se llame a engaño.
ResponderBorrarDebo decirte que me reitero en todo lo que dije en este artículo. Con sus puntos y sus comas. Si es una defensa de Fortuño. Ocho meses no son nada para poder impulsar cambios en un modelo —colonial— que estructuralmente ya fracasó.
Me reitero en lo expresado sobre Anibal, y sobre la medicoridad del reportaje montado sobre Luis Fortuño. Reitero mi crítica al artículo de la escritora Mayra Montero.
El tono santurrón que utiliza en su artículo le permite favorecer, en el balance de su exposición, las posiciones del PPD y sus melones. Es decir, "esta gente viene a destruírlo todo". "Aquí, todo era felicidad hasta que llegaron los estadistas, con su millón y pico de votos, a destruir la nación chiquita, este ELA inocente, virginal y tierno". Lo mismo de Wico Sánchez.
Es decir, la estrategia de ataque adoptada desde el mismo primer día, la estrategia de obviar y acomodar la historia. Reconozco su derecho a así hacerlo. Utilizo el mío de poder criticarla.
Me resulta interesante por demás que mis objetores (no me refiero a tí, obviamente) buscan consistentemente eludir la responsabilidad histórica de Acevedo Vilá.
Al final, después de exponer largos y teoricícimos comentarios, se trata de un intento de desviar la atención de lo que realmente estoy planteando: una crítica a las posiciones asumidas, a la altura de 2009, por los nacionalistas, izquizoides, izquierdistas de carnet, melonócratas, melones y autonomistas de mentiritas...
En definitiva, un ajuste de cuentas necesario ante la hipocresía; ante la ausencia de una autocrítica seria por parte de estos sectores por las posiciones asumidas; ante su insensibilidad total a las necesidades del pueblo, y su interés desmedido de sonar y lucir como patriotas, a pesar de los intereses colectivos, y reservarse así un espacio en la discusión pública, con o sin salario.
Al que crea —en su muy educada confusión— que voy de viaje con Fukuyama, que esté pendiente a mis artículos en el Quantum... Vendrán más. Espero que mejores. No le temo al ostracismo. Tú, mejor que nadie, sabes que no tengo ya nada que perder.