Haití: la solidaridad, la náusea y la hipocresía
Photo: American Red Cross/Talia Frenkel (p-HTI0144)
Comenté hace unos días que, frente al desastre en Haití, era vergonzosa la aparición de desenfoques de todo tipo. Me refería particularmente a la ignorancia y el cinismo ejemplificados por Pat Robertson y Rush Limbaugh.
Por otro lado, durante estos días se han publicado artículos de todo tipo sobre Haití. De los que he podido leer deseo destacar dos que me parecen excelentes. El primero, uno del escritor Sergio Ramírez, titulado "Haití en el Corazón", publicado en El País, y en el que reflexiona sobre la miseria y la indiferencia hacia Haití, que le lleva a mirar con pesimismo el futuro de ese país.
El segundo es uno del periodista Andrés Oppenheimer, titulado Un Plan Marshall para Haití, en Informe21.com, en el que propone la inmediata aprobación de un plan para la reconstrucción de Haití, ello antes de que la atención sobre ese país pase a un segundo plano. Con Oppenheimer pienso que debe serle tomada la palabra al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al dirigirse al pueblo haitiano: "No los abandonaremos. No los olvidaremos''.
Si bien artículos como los citados provocan la discusión seria sobre el futuro de Haití, hay gestos y planteamientos, consignados en columnas y artículos de sesudos, y no tan sesudos, comentaristas en la prensa y los medios electrónicos de Puerto Rico, que resultan simplemente nauseabundos. La ignorancia y el oportunismo, que vimos en Robertson y Limbaugh, se manifiesta tambien en el caso boricua.
Para algunos, la hasta hace una semana desconocida Haití ha sido la oportunidad para lucir, decir algo, una suerte de oportunidad fotográfica. Para otros, en el juego de espejos y poses que caracteriza las expresiones dentro del marco de lo que me ha dado con llamar "lo politicamente correcto en boricualandia", predominan tres planteamientos: el imperialismo yanqui es el responsable del desastre en Haití; el apoyo de los Estados Unidos a los haitianos tras el desastre es muy poco y ha tardado mucho; y finalmente, salvo "nosotros" (refieriendose tal vez al mainstream de la "casa grande" del "Estado Libre Asociado de Puerto Rico" y sus aliados de siempre), los restantes sectores nunca se han preocupado por Haití.
Esta última se trata de una actitud autocomplaciente que revela un "ellos no, pero nosotros si", o un "ellos son, pero nosotros no", una onda de secta purificada, que precisamente pierde de perspectiva el problema de fondo: la generalizada invisibilidad histórica de Haití y la necesidad de esfuerzos internacionales para su reconstrucción y puesta en marcha. Lo cierto es que, salvo los esfuerzos y trabajos de algunos intelectuales y profesores universitarios, Haití ha sido invisible para todos los sectores ideológicos en la Isla, como lo ha sido, en gran medida, para el mundo entero.
En el caso de Puerto Rico cabe preguntarse: ¿Cuántos de quienes condenan a los condenables usuales, (entiéndase "los estadistas" y los "yanquis" por su presunta desatención a la situación haitiana) han hecho algo concreto respecto a la situación de Haití antes del terremoto? ¿No ocurre en todo esto que Haití ha sido re-descubierta, realmente, por la totalidad del universo isleño-boricua, y no sólo por los condenados condenables usuales? El desdén, el racismo y la xenofobia frente a realidades como la de Haití, ¿son atributos exclusivos de algún sector ideológico en Puerto Rico? ¿No hay una profunda hipocresía en estas iluminadas denuncias post-terremoto sobre la invisibilidad de Haití?
Por otro lado, para quienes se entretienen reciclando libretos, y se consideran expertos en la logística del movimiento de recursos para atender desastres, a base de lo cual nos indican que los Estados Unidos han actuado muy poco y muy tarde, tal vez estos enlaces les resulten de interés: U.S. Government Haiti Relief Efforts Update – January 20, 2010 y Haiti earthquake aid pledged by country: full data |News |guardian.co.uk.
Ojalá que el desolador futuro que atisban Sergio Ramírez y Andrés Oppenheimer en sus artículos, tome la ruta ya no sólo del reconocimiento de la existencia de Haití, sino y sobre todo, de la más amplia solidaridad.
Comenté hace unos días que, frente al desastre en Haití, era vergonzosa la aparición de desenfoques de todo tipo. Me refería particularmente a la ignorancia y el cinismo ejemplificados por Pat Robertson y Rush Limbaugh.
Por otro lado, durante estos días se han publicado artículos de todo tipo sobre Haití. De los que he podido leer deseo destacar dos que me parecen excelentes. El primero, uno del escritor Sergio Ramírez, titulado "Haití en el Corazón", publicado en El País, y en el que reflexiona sobre la miseria y la indiferencia hacia Haití, que le lleva a mirar con pesimismo el futuro de ese país.
El segundo es uno del periodista Andrés Oppenheimer, titulado Un Plan Marshall para Haití, en Informe21.com, en el que propone la inmediata aprobación de un plan para la reconstrucción de Haití, ello antes de que la atención sobre ese país pase a un segundo plano. Con Oppenheimer pienso que debe serle tomada la palabra al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, al dirigirse al pueblo haitiano: "No los abandonaremos. No los olvidaremos''.
Si bien artículos como los citados provocan la discusión seria sobre el futuro de Haití, hay gestos y planteamientos, consignados en columnas y artículos de sesudos, y no tan sesudos, comentaristas en la prensa y los medios electrónicos de Puerto Rico, que resultan simplemente nauseabundos. La ignorancia y el oportunismo, que vimos en Robertson y Limbaugh, se manifiesta tambien en el caso boricua.
Para algunos, la hasta hace una semana desconocida Haití ha sido la oportunidad para lucir, decir algo, una suerte de oportunidad fotográfica. Para otros, en el juego de espejos y poses que caracteriza las expresiones dentro del marco de lo que me ha dado con llamar "lo politicamente correcto en boricualandia", predominan tres planteamientos: el imperialismo yanqui es el responsable del desastre en Haití; el apoyo de los Estados Unidos a los haitianos tras el desastre es muy poco y ha tardado mucho; y finalmente, salvo "nosotros" (refieriendose tal vez al mainstream de la "casa grande" del "Estado Libre Asociado de Puerto Rico" y sus aliados de siempre), los restantes sectores nunca se han preocupado por Haití.
Esta última se trata de una actitud autocomplaciente que revela un "ellos no, pero nosotros si", o un "ellos son, pero nosotros no", una onda de secta purificada, que precisamente pierde de perspectiva el problema de fondo: la generalizada invisibilidad histórica de Haití y la necesidad de esfuerzos internacionales para su reconstrucción y puesta en marcha. Lo cierto es que, salvo los esfuerzos y trabajos de algunos intelectuales y profesores universitarios, Haití ha sido invisible para todos los sectores ideológicos en la Isla, como lo ha sido, en gran medida, para el mundo entero.
En el caso de Puerto Rico cabe preguntarse: ¿Cuántos de quienes condenan a los condenables usuales, (entiéndase "los estadistas" y los "yanquis" por su presunta desatención a la situación haitiana) han hecho algo concreto respecto a la situación de Haití antes del terremoto? ¿No ocurre en todo esto que Haití ha sido re-descubierta, realmente, por la totalidad del universo isleño-boricua, y no sólo por los condenados condenables usuales? El desdén, el racismo y la xenofobia frente a realidades como la de Haití, ¿son atributos exclusivos de algún sector ideológico en Puerto Rico? ¿No hay una profunda hipocresía en estas iluminadas denuncias post-terremoto sobre la invisibilidad de Haití?
Por otro lado, para quienes se entretienen reciclando libretos, y se consideran expertos en la logística del movimiento de recursos para atender desastres, a base de lo cual nos indican que los Estados Unidos han actuado muy poco y muy tarde, tal vez estos enlaces les resulten de interés: U.S. Government Haiti Relief Efforts Update – January 20, 2010 y Haiti earthquake aid pledged by country: full data |News |guardian.co.uk.
Ojalá que el desolador futuro que atisban Sergio Ramírez y Andrés Oppenheimer en sus artículos, tome la ruta ya no sólo del reconocimiento de la existencia de Haití, sino y sobre todo, de la más amplia solidaridad.
Cuando vi a Preval en su primera entrevista con CNN en Ingles agradecio en este orden y en primer termino a:
ResponderBorrar1) EE.UU.
2) Francia
3) Cuba
4) Venezuela
Tambien mas abajo en la lista, a Israel.
Eso si es interesante...
Coincido contigo. Muchos no han tardado nada a levantar discursos antiamericanos ante esta nueva crisis humanitaria planteada en Haití. Resulta inquietante que en situaciones semejantes emerjan estas argumentaciones que lo único que persiguen es afianzar los objetivos propagandísticos en contra de Estados Unidos.
ResponderBorrarEso es culpa del Imperialismo que provocó el terremoto desde el Pentágono!
ResponderBorrar