La "santa ira" y las "fotos malditas" (Enlace a "Haití y las fotos de la de la indignación" de Luis Grande en Diálogo Digital)
Haití y las fotos de la de la indignación | Diálogo Digital por Luis Grande
Hago enlace con este artículo de Luis Grande en Diálogo Digital porque, a mi modo de ver, expone, desde varios ángulos, un análisis sereno y serio sobre el incidente de las famosas fotos de los galenos boricuas en Puerto Príncipe.
Las bases del análisis de Grande pueden resumirse en la siguiente cita: "¿Pero qué es lo que revelan estas fotos? ¿Cuál es el elemento terrible en estas imágenes? Olvidémonos de la actitud poco profesional que pueda existir en estas fotografías y centrémonos en algo más profundo. ¿Es distinta la mirada que otorgan estos retratos a la que nos ofrecen los medios de comunicación a diario?" A partir de estos cuestionamientos, el periodista propone un análisis desde el punto de vista mediático y cultural.
El terremoto de Haití ha provocado muchas cosas. Como debía ser, ha provocado la movilización internacional de recursos de apoyo a la población haitiana, de los que Puerto Rico, justo es reconocerlo, ha formado parte. En otros casos, ha llamado la atención a una reflexión necesaria sobre las medidas concretas que deben tomarse para la reconstrucción de Haití, y sobre las causas históricas de su miseria. En pocas palabras, el desastre nuevamente ha hecho visible a Haití ante el mundo. Pero el desastre haitiano también ha hecho visible las debilidades y la sordidez de diferentes sectores. (Continúa)
Antes de continuar debo señalar que comparto la preocupación honesta respecto a la toma y publicación de fotos de los pacientes que eran atendidos por los médicos. Se trata de una invasión a un espacio del paciente que debe ser respetado. Sin embargo, aún en este caso, cada foto debe ser analizada tomando en cuenta las circunstancias y razones particulares que llevaron a que fueran tomadas. La generalización y la condena irreflexiva sólo contribuye a la confusión.
Dicho esto, es interesante el hecho de que las fotos, llamémoslas "malditas", han provocado una suerte de catarsis entre ciertos sectores de la intelectualidad en Puerto Rico, una especie de "santa ira", que se ha manifestado en los medios de prensa escrita y en medios cibernéticos como Facebook.
En ese sentido, preocupan las simplezas y los discursos moralizantes, enfocados todos en una estrategia de tierra arrasada contra la totalidad de los médicos que participaron como voluntarios del proyecto del Senado de Puerto Rico, y contra la totalidad de las fotos publicadas. Hay quienes han visto en este incidente una repetición de los hechos de Abu Ghraib. Otros han intentado conectar las "fotos malditas" con la crisis de Puerto Rico, como si esa crisis no fuera visible y no exisitiera desde muchísimo antes de que este incidente se suscitara.
Hay quienes han aprovechado la ocasión para denunciar la falta de sensibilidad y la despreciable visión de mundo de la clase media (whatever that means), representada, en este caso particular, por los médicos involucrados en este asunto. Curiosamente, los intelectuales y comentaristas participantes de esta "guerra santa", son tan "clasemedianeros" como los médicos que aparecen en las "fotos malditas" para quienes se pide el paredón en estos días.
En algunos de los comentarios se diserta sobre estilos de vida o visiones de mundo, como quien asume la defensa de cierta moralidad a la que todos deberían atenerse. En algunos casos se ha llegado a exigir el castigo mayor a todos los impuros, es decir, el grupo de médicos de las fotos malditas: la privación de sus licencias profesionales.
La premisa inarticulada de gran parte de estas reacciones es una postura nacionalista. Bajo esas premisas todo compartamiento que no se ajusta al ideal de "lo que somos nosotros, los puertorriqueños" debe ser condenado y erradicado. En ese contexto, los médicos impuros no nos representan, ni representan el "buen ser puertorriqueño". De acuerdo a esta postura, lo que estos médicos representan es a una "clase media, frívola y narcisista" que es la negación del ideario y propuesta de lo que es ser boricua. En la secuencia lógica de esta postura, médicos, fotos, y clase media, son una manifestación de un proceso en el que se va acabando el Estado y desintegrando el país. En consecuencia: ¡A la hoguera con todos ellos!
Por más imprudentes o desagradables que puedan ser algunas (o la mayoría si se quiere) de las "fotos malditas", no debería pasarse por alto la necesidad de ir a cada caso particular, y recordar que las personas que allí aparecen estuvieron largas horas, "en el lugar de los hechos", intentando brindar apoyo médico en condiciones de total precariedad.
No quisiera pensar que algunos parten de la equivocada premisa de que se trata aquí de médicos afiliados al partido de gobierno, y que, por tanto, debe aprovecharse este incidente para desacreditar al máximo este esfuerzo.
Por otro lado, no es justo pretender juzgar, a base de las famosas fotos, la sensibilidad ni las motivaciones de los sujetos involucrados, quienes se encontraban en Haití como parte de un esfuerzo concreto de solidaridad con las víctimas del desastre. En todo caso, una imagen es una imagen es una imagen.
Ni la condena histérica de las "fotos malditas", sin que medie rigor alguno, ni la imposición de castigos tremendos contra "clasemedianeros" imprudentes, resolverán el problema de fondo de Haití: su invisibilidad y la necesidad de esfuerzos internacionales para su reconstrucción y puesta en marcha.
Mucho menos evitarán el terremoto, muy visible por cierto, de la crisis del modelo colonial de Puerto Rico, ni habrán de transformar la clase política boricua, ni eliminarán la "frivolidad" o el "narcisismo" de la clase media, de la que, en todo caso, forman parte sus propios críticos.
Menos áun, habrán de eliminar los discretos vicios y encantos de la rancia oligarquía criolla. Esa que casualmente le provee espacio a algunos buenos chicos de nuestra intelectualidad para que, a cambio de ello, en un ejercicio de patética circularidad, al final del día, defiendan el status quo boricua, que es precisamente la causa fundamental de los males que atormentan a Puerto Rico. Al final, todo se reduce a un problema de honestidad. Intelectual, sobre todo.
Excelente exposicion de la realidad de la problematica.
ResponderBorrarSin duda, no hay discurso simple para explicar lo q significan las varias SI malditas fotos dentro d las q el ALVAREZ llama malditas (seguro, para adjetivarlas d algun modo).. concurro q debe ser HONESTIDAD en cada uno d nosotros los boricuas, el rector en la evaluacion (individual) d lo q alli paso.
el coloniaje al q estamos sometidos sin duda, juega un rol protagonico en lo q nosotros nos hemos convertido como pueblo pero no d ahora sino desde antes d muchos d nosotros nacer... una inmensa pena.!
Enhorabuena; mejor expresado.. imposible.!!!
El Abu Ghraib del colonizado:
ResponderBorrarhttp://jalaguarta.com/2010/01/31/el-abu-ghraib-del-colonizado/
Nuestra intelectualidad dominante nunca ha querido mirar atentamente "El velorio" de Oller.
ResponderBorrarCreo que el asunto de las fotos es válido para una reflexión de nuestro comportamiento colectivo. Total que la mayoría de los que se quedaron atrás usaron la caridad hacia Haití de excusa para festejar y beber. Estas cita del artículo de "Díalogo" me resultan interesantes: "¿Pero no es parte de la cultura puertorriqueña la fiesta y el alcohol? [...] Nos preocupan (las imágenes) porque señalan unas conductas presentes en nuestra cultura y que afecta incluso a aquellos bienintencionados..."
Sí, inicialmente hubo, como acto reflejo, la intención de acharle la imperdonable insensibilidad al Senado PNP, al Ejército Sur, a la causa misma de la estadidad. Claro que sí. Fíjate como la prensa exterior no lo recoge de esa manera, porque ese no es el contexto de su percepción.
A mí me resultaron desagradables las fotos, pero yo confieso que tengo problemas con la generalidad de los médicos en Puerto Rico desde hace rato, con los de "derecha", los de "centro" y los de "izquierda". Nunca me ha parecido que lo ocurrido con el TEM fue un incidente aislado, ni que los son los accidentes de autos fatales a mano de médicos que luego cumplen en probatoria. Creo que vale la pena que hurguemos en esta sensación de malestar que producen las fotos, sin olvidar, que las conocimos en un contexto editado, mediado, como le llaman.
Si no tuvieramos a los medios metiendo tanto ruído, ésta podía ser una oportunidad para la autoreflexión y el análisis. Ya hoy se olvidarán de las fotos y pasarán al mensaje de Fortuño.
Demasiadas palabras. Demasiadas reuniones, demasiadas fotos, demasiadas declaraciones ...
ResponderBorrarNada de nada. Todo se queda en éso y el mundo sigue igual, como dice la canción. O mejor dicho, peor. Masas humanas que se dirigen de un lado a otro para quedar ancladas en medio de la nada. Inhumanidad y egoismo. Unos pocos que viven obscenamente bien sin sentir remordimiento alguno de la miseria de la mayoría.
Tú y yo, por más que nos separe la distancia llevaremos puesto un traje de la misma firma, comeremos cereales o yogures o tal vez fruta importada por las mismas empresas. Ellos ganan y ganan mientras los pequeños, los agricultores, los artesanos van desapareciendo poco a poco arruinados por la competencia imposible de superar.
Y mientras el mundo gira .... ya lo ves ....
Saludos.